Muchos autores defienden la creación artística
como curativa en sí misma. Los niños y adolescentes suelen usar el arte de
forma espontánea. Antes de aprender a hablar correctamente, un niño puede estar
transmitiendo mucha información acerca de sus estados internos mediante los
dibujos que realiza. Y los adolescentes pueden servirse del arte para superar
esa difícil etapa en la que están descubriendo y construyendo su propia
identidad. Según los estudios realizados, el arte afecta al sistema nervioso
autónomo, al equilibrio hormonal y a los neurotransmisores cerebrales. Se
produce un cambio en la actitud, el estado emocional y la percepción del mundo
que les rodea, consiguiendo llevar a una persona desde un estado de estrés a
otro de relajación y creatividad.
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